¡Vaya Día de la Televisión!

De acuerdo. Tenemos lo que nos merecemos. Así, por citar un ejemplo, cada cuatro años tropezamos con la misma piedra y regalamos nuestro voto a aquellos que van a dejarnos con el culo al aire. Todo esto viene a cuento porque ayer, sábado, se conmemoró el Día de la Televisión. Y si debemos de tener como referencia a Mediaset, por lo que a su liderazgo en audiencias se refiere, que me pasen rápido el mando a distancia que me borro de sus canales. Decimos esto porque su segunda entrega de Cantora, la herencia envenenada ha vuelto a ser lo más visto del viernes con 25,9 de la audiencia y tres millones de espectadores. Con Pantoja, y no de ahora sino de siempre, han encontrado un filón inagotable dejando en nada a la saga de las Campos, otro referente, en sus mejores tiempos. Los Pantoja-Rivera han dejado que Mediaset se convierta al mismo tiempo en juez, fiscal y defensor (poco) de sus litigios cuando, si los hay, deberían estar en un juzgado de los de verdad, pero su dignidad, como el valor en la antigua mili, solo se les supone. Por cierto, ¿para cuándo la tercera entrega? Tenemos que verla.