El hambre es insaciable

Ya lo advertimos ayer. Mediaset se está volviendo monotemática y además vive feliz en el conflicto permanente. En las últimas 72 horas nuevas vueltas de tuerca (y las que quedan todavía por venir) al “maná” de Cantora. El festín es inmenso, el hambre, insaciable y, además, la cosa funciona. El viernes, tercera entrega de Cantora, la herencia envenenada, y el sábado, dedicándole en el De Luxe la mayor parte de su minutaje. Con las sobras hicieron unas apetitosas croquetas en el Socialité dominical. Y además, viernes y sábado, los dos programas de Telecinco fueron líderes en audiencia. Si primero fue Kiko Rivera, el agraviado hijo, y después Teresa Rivera, la hermanísima, en esta tercera doble entrega apareció Silvia Pantoja, la primísima, que dejó su residencia mexicana para despotricar de Isabel. Ahora bien, la escena que rizó el rizo de lo esperpéntico la tuvimos el sábado en el De Luxe: tuvieron medio programa a una esforzada reportera, con paraguas pero bajo la lluvia, a las puertas de Cantora... Por si la Pantoja accedía a salir a hacer unas declaraciones. No salió.