El retorno de Anita

Si hubiésemos de ser estrictos con la realidad, cabría convenir en que Ana Obregón (Madrid, 1955) nunca se ha ido. O al menos no del todo. Estricta y confesa seguidora del icónico mensaje de Bob Fosse en su All That Jazz (1979) y que luego mejoró Charles Aznavour cuando en 2018, con un brazo roto, no quiso suspender un concierto en Osaka, siempre ha tenido claro que, pase lo que pase y por encima de todo, el show debe continuar. Aliviada del luto, al menos exteriormente, provocado por la muerte de su hijo Aless (aunque para ser estrictos no ha dejado de aparecer en todas las portadas habidas y por haber mostrando su dolor de madre a cambio de suculentas mordidas), ya ha anunciado que va a ser la responsable de presentar las campanadas que darán la entrada al atípico 2021 desde la Puerta del Sol por La 1 (sin público, claro) con la eterna Anne Igartiburu (Elorrio, 1969), que lleva al frente del evento desde 2005. Así que para promocionarse, y desvelar que su pena, como las hemorroides, la sufre en silencio, se fue al Corazón de su “colegui” para tratar el tema.