BOIG PER TU
¿Monumental? No, ¡cutre!
De entrada hay que decir que el programa Batalla monumental (TV3), desde su primera entrega, nos pareció una solemne memez. Convertir la comparación de monumentos catalanes en una competición absurda en aras de la audiencia no solamente es patético, sino una inmensa cutrez.
Es como si tuviésemos que escoger entre si es mejor un Velázquez, un Goya, un Dalí o un Picasso. Pero es que además la forma en que se presenta la lucha es de lo más ridícula.
En el último programa de la temporada (y rezamos para que no exista una segunda) competían la Seu Vella de Lleida y la Catedral de Girona. Con un anodino y repetitivo Roger de Gràcia como conductor, Candela Figueras, de lo poco salvable, defendía el monumento leridano e Ivan Medina, el gerundense envuelto en expresiones inconexas como “déu-n’hi-do” o “home, iep”.
Pero el colmo de los colmos llegó cuando se presentó como el gran logro de la catedral de Girona que en ella se rodaron capítulos de Juego de Tronos y en la de Lleida, los pañales manchados del mismísimo Jesús. Para cerrar el televisor.