Un sutil cambio de actitud

Algo se está moviendo en Mediaset en relación en la guerra abierta entre Kiko Rivera y su madre, Isabel Pantoja, con la herencia del torero Paquirri como telón de fondo. En los primeros combates, Kiko era la víctima y la tonadillera la malvada atrincherada en Cantora con la ayuda del tito Agustín.

Sin embargo, de unas semanas para aquí, y de una manera sutil, Kiko está pasando a no ser tan bueno y su madre, no tan mala. Las baterías de Sálvame han comenzado a ahondar en aspectos oscuros del DJ.

Han recordado sus escarceos con la droga, que al parecer aún no han cesado, a través de testimonios de su esposa desde el 2016, Irene Rosales, y de su amiga Sofía Cristo, hija de Ángel Cristo y Bárbara Rey, que ya sabe de qué va la cosa y se presentó en el Deluxe como amiga asesora. Por cierto, Irene confesó que su marido no se presentó al primer día de terapia fijado para el pasado lunes.

Y, como remate, la prueba de paternidad de Kiko para saber si su padre verdadero es el Dr. Cariñanos, asesinado por ETA en el 2000.

Hay 180.000 euros en juego como indemnización. .