El precio por los suelos

El precio justo cotiza, por ahora, a la baja. No funciona bien ni en el prime time nocturno (resulta agotador y acaba demasiado tarde) y tampoco ha arrancado mejor su edición diaria, que es su hábitat natural.

Pese a los esfuerzos de Carlos Sobera, que debe de dormir en Mediaset para poder grabar tantos programas, y de Luis Larrodera, el estreno no fue bien. Colocado a las ocho de la tarde para competir con el Pasapalabra de Antena 3 de Roberto Leal, el palizón fue notable: 26,4 por ciento del vencedor por un 13,6 del derrotado, con unos registros incluso inferiores que la franja del Sálvame, que ha venido a sustituir.

El problema del retorno del concurso que convirtió en un fenómeno mediático a Joaquín Prat es que ha envejecido mal, y acelerar su ritmo para que se vea que siempre pasan cosas no acaba de cuajar, al menos en el semanal (que ya se acaba) y en el diario, que ha de competir con otro concurso que ha sabido fidelizar muy bien a la audiencia y además, llegando con el tirón de Ahora caigo y ¡Boom!. El único que debe estar satisfecho es Pedro Piqueras.