No nos podemos quejar

Cada vez que nos paramos a pensar el trasfondo de lo que está ocurriendo en Telecinco con el caso Rocío Carrasco, nos viene a la cabeza aquel viejo chiste en que un turista en Cuba le pregunta a un taxista por la situación en el país. “No nos podemos quejar”, le contesta.

Y el turista insiste: “Así que están mucho mejor de lo que se dice por ahí.” “No, no”, le remata el conductor, “no nos podemos quejar”. Pues eso.

En Telecinco se han puesto radicales con todo aquello que suene a disidente de las tesis de la hija de “la más grande”. A base de expulsiones y vetos, en el plató para hablar sobre el tema solo están los partidarios de Rocío.

Incluso dos voces críticas como las de Belén Esteban y María Patiño han tenido que envainársela y pedir disculpas públicas ante la severa mirada de Carlota Corredera, que, con Jorge Javier borrándose del mapa en los especiales, se ha convertido en la presidenta de la Inquisición de la cadena. De hecho, no nos extraña que Ana Rosa Quintana haya caído ahora mismo en desgracia.

Se ha atrevido a pronunciarse, en su programa, en favor de Rocío Flores. ¡Qué horror!