BOIG PER TU
La Pantoja en horas bajas
Ya lo advertía en los años 30 el maestro Poncela en su excelente La tournée de Dios: “Harían bien las monarquías en no fiarse de las adhesiones multitudinarias de adhesiones inquebrantables.” Y no lo decimos con segundas, o terceras, lecturas. Simplemente lo constatamos al ver el caso de Isabel Pantoja, no hace tanto número uno del firmamento artístico, la idolatrada “viuda de España” y ahora encadenando fracasos tanto profesionales (sus galas se han reducido a la mínima expresión) como personales.
Mediaset ha manipulado tanto su imagen pública que no existe Pantoja más allá de las autopsias mediáticas que de cuando en cuando le practican en la “morgue” de Don Basile. Es más, la audiencia está tan acostumbrada al “pim pam pum” pantojil en manos de su hijo Kiko que en cuanto aparece con cara amable y sensiblera en got talents (independientemente de si son buenos o no) como el actualmente defenestrado, y relegado al ostracismo sabatino, Top Star no consigue levantar ni un mínimo los índices de audiencia.
Quizá por eso en Sálvame han vuelto a por ella.