Mila Ximénez, como el Cid

Con motivo de su fallecimiento escribimos que Mila Ximénez había muerto el día que, precisamente, no se emitía Sálvame, el programa con el que su popularidad alcanzó el máximo nivel. Sin embargo, debo aclarar que, siendo cierto, Mediaset tuvo reflejos. Pasó la previa del España- Eslovaquia (motivo que había sido la causa de su descanso) a Cuatro y, hasta las seis de la tarde, hora del inicio del partido en Telecinco, emitió dos horas de un emotivo especial a la compañera fallecida como consecuencia de un cáncer de pulmón. No faltó nadie. Bueno sí, Kiko Matamoros, muy a su pesar por estar en el hospital convaleciente de su (pen) último retoque estético. En términos de audiencia la decisión no pudo ser mejor. Sálvame rozó el 50 por ciento y la previa del fútbol, el 30. O sea, las demás cadenas se sorbieron los mocos. Mila Ximénez hizo como el Cid a las puertas de Valencia: vencer después de muerto, y desmintió, con hechos irrefutables, aquella demoledora película de Agustín Díaz Yanes (1995): Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto.