BOIG PER TU
¡Ay, esas filtraciones!
Mediaset lleva tropezando de manera reincidente, y es extraño en alguien que tiene la mano rota en esto de mezclar, en aras de la audiencia, morbo, escándalo, populismo y sensiblería barata, con los invitados que lleva a Supervivientes para dar una sorpresa a los encerrados en los Cayos. Efectivamente, queda todo muy bonito, la adrenalina se desborda, la autoestima crece, los achuchones (y no sabemos si algo más) se multiplican, pero..
¡ay!, en los momentos de intimidad, en un descuido (intencionado o no) el visitante informa de lo que pasa en el exterior, al anfitrión, cosa que está terminantemente prohibido para no adulterar el reality (de hecho, como ya es sabido, los móviles están prohibidos en los Cayos). En las primeras ediciones se traficaba con comida, así de tapadillo.
Ahora se hace con noticias. Todos/todas los que han ido a Honduras han pecado del mismo mal.
La última ha sido la sobrinísima Anabel Pantoja, que a su hombre, Omar Sánchez, le ha explicado con pelos y señales lo que se dice en las galas, quiénes son los favoritos y cuáles son sus enemigos..