Y todavía se sorprenden

En muchas ocasiones aún me sorprendo, y no debería, de que haya quién se sorprenda de lo que se ve en la pequeña pantalla. Estos últimos días, por citar un ejemplo reciente, las redes sociales han ardido, y no precisamente por la ola de calor, en contra de Risto Mejide y la artimaña que utilizó, para llamar la atención, en su Todo es verdad, spin-off de su otro Todo es mentira, que se emite en las sobremesas de Cuatro. Risto, otro de los personajes mediáticos que ha sabido entender perfectamente dónde estaba su modus vivendi al que se aplica con loable entusiasmo y dedicación, se pasó más de una hora anunciando una supuesta exclusiva sobre el caso José Luis Moreno, al que le tiene una inquina especial, a base de cebos y cortes publicitarios sin acabar de arrancar el tema (que luego no fue para tanto).

¿De qué se sorprende el personal? Este es uno de los recursos más utilizados en televisión desde que, y ha llovido mucho desde entonces, Julián Lago, en su Máquina de la verdad, espetaba aquello de “no me conteste ahora, hágalo después de la publicidad”..