BOIG PER TU
‘Sálvame’ muere de cainismo
Que no se me interprete mal, pero quiero recordar que el ínclito Aznar, cuando estaba de Presidente, ya soltó lo de “con Catalunya no hay que hacer nada... Ya se matarán ellos solos”. Y así nos va.
Pues bien, en Sálvame está ocurriendo más de lo mismo. Las audiencias caen y no reflotan por más que en Mediaset se muevan fichas en el tablero. No todo es “culpa” de las telenovelas turcas (que también), ni van a arreglarlo quitando (de nuevo) una hora a Sálvame poniendo en su lugar a Christian Gálvez y su Alta tensión.
El mal (que va camino de irreversible) del buque insignia de Don Paolo está, menuda contradicción, en su mayor éxito: Rocío Carrasco. Ha despertado tales filias y fobias que existe ya un irreconciliable enfrentamiento en la casa sin vías de solución con ceses, marginaciones, ostracismos y anuncios de “que me voy” (como el más reciente de Kiko Matamoros). Ahora mismo está con Rocío, Carlota Corredera (su caballero andante); en contra, Kiko, María Patiño y Ana Rosa Quintana.
Jorge Javier Vázquez nada y guarda la ropa mientras el barco se hunde..