Un país de series

Desde que un avispado y emprendedor productor judío (Samuel Bronston, 1908-1994) convenció al mismísimo Franco para que le dejara rodar en el Palacio Real de Madrid escenas de su película John Paul Jones (John Farrow, 1959) con Bette Davis, España se convirtió en el Hollywood europeo porque era un verdadero chollo: rodar aquí salía más barato que en ningún sitio, los técnicos españoles eran excelentes y la variedad de localizaciones para los exteriores, interminable. Todos los grandes pasaron por aquí en títulos como El Cid, Rey de reyes, 55 días en Pekín, La caída del imperio romano, la Trilogía del dólar de Leone... Tras las películas llegaron las series televisivas.

Ahora mismo se están rodando una veintena para plataformas. Pero recordemos los últimos escenarios: El Hierro (Hierro), Lanzarote (Sky rojo), Palma de Mallorca (Mallorca files), Benidorm (Benidorm) –bueno, ¡esta fue un verdadero fracaso!– y estamos a la espera del spin-off de Juego de Tronos (Cáceres) tras haber estado ya en Euskadi, Sevilla o en Girona. Un no parar.