No tienen nada más que hacer

Como se ve que los magistrados no tienen nada más que hacer, y sobre todo después de decidir que van a archivar la investigación sobre el emérito, y aprovechando que Josep Maria Lari Vilaplana (Barcelona, 1973), más conocido artísticamente como Mag Lari, no vive en Abu Dhabi, la Fiscalía de Delitos de Odio ha atendido la demanda formulada por la asociación Hablamos Español y ha abierto diligencias, por si fuera constituible de delito, por una frase, dentro del contexto de un programa infantil de TV3, en la que el mago, durante muchos años afincado en Tàrrega, disfrazado de calamar gigante, y a punto de secuestrar a la princesa del cuento, dijo que “voy a hablar en castellano para parecer más malo”.

Podemos discutir si el gag tiene o no gracia, pero de eso a convertirse en un delito media un abismo. Convendría recordar que en las nostrades representaciones navideñas de Els pastorets, que tanto nos gustaban de pequeños, los malvados diablos hablan en castellano y, no, Folch i Torres o Lluís Millà aún no han sido demandados, al menos que sepamos.