BOIG PER TU
Aún no lo habíamos visto todo
Carlota Corredera (Vigo, 1974) es una muy mala presentadora. Sin duda figuraría, por (des)méritos propios, en el Top Five de las peores conductoras de la historia en un programa de televisión. Sus mohines, posturitas, titubeos, su dependencia del pinganillo, con diálogos a micro abierto, reducen al mínimo su credibilidad, que, de entrada, la ha dejado colgada en la puerta de entrada al plató.
Pero por si aún quedaba alguna duda sobre ella, hubo que ver el Sálvame del viernes. Como La casa de los secretos no da más de sí (sus audiencias caen en picado), ahora trabajan en Mediaset la confesión del torero José Antonio Canales de que es un adicto al sexo. Carlota se trajo al plató a una psicóloga para explicar el tema, pero de lo único que acabaron hablando fue del tamaño del pene del diestro a partir de un disfraz que le obligaron a ponerse en la casa de Guadalix.
Carlota, desembridada ella, no hacía más que preguntar a la experta, entre risas, “oes” y “aes”, sobre si la longitud y grosor del miembro influía o no en la adicción del primo de los también toreros Fran y Cayetano Rivera..