BOIG PER TU
La (mala) deriva de Marc Ribas
A Marc se le va la cosa de las manos.
Hay que darle toda la razón a un colega de la crítica televisiva cuando señala que TV3 “telecinquea”.
Y es una pena, porque no le hace falta y, además, su apuesta está condenada al fracaso porque la audiencia de la “nostra” no está para realitys (como ejemplo, el fiasco del último de Anna Simon) ni malos rollos prefabricados en el estudio. Y donde más se concentra este error de apreciación está en el Joc de cartes de Marc Ribas (Girona, 1976).
De un en sus inicios original programa de divulgación de la cocina catalana se ha pasado a un no se sabe que, donde la promoción es lo de menos y en donde se prima el ganar a cualquier precio y utilizando las (mejores) peores malas artes posibles.
En cada entrega, y aunque parezca imposible, se superan a sí mismos para ir a peor. Cada semana es una muesca más a su pésimo historial.
El de esta semana se superó a sí mismo con la teórica búsqueda del “mejor” restaurante del Empordà.
Ganó, con sus triquiñuelas de puntuar bajo a los demás, un restaurador (jamás pondré los pies en su local), al grito de “para participar mejor me quedo en casa”.
