Con Eurovisión en la cabeza

Inasequible al desaliento, TVE ha vuelto a sacarse de la manga un nuevo modo para elegir qué cantante y con qué canción participará en la próxima edición de Eurovisión, que tendrá lugar, si no hay contraorden, el próximo mes de mayo en Turín. Los ejecutivos del ente público han decidido resucitar aquel festival de Benidorm, estrenado en 1959, para hacer sombra a aquel otro, aún vigente, de San Remo, y por el que pasaron lo más granado del firmamento musical de este país, cosa que permitió descubrir a un, entonces desconocido, llamado Julio Iglesias. Con el plazo de inscripción ya cerrado, se han presentado un total de 886 canciones.

Un comité de expertos escogerá doce para las dos semifinales de las que quedarán seis para la gran final. El premio para el ganador/ganadora es ir con su canción a Italia a mejorar las pésimas clasificaciones españolas de los últimos años. Lo que hace entrar en dudas al personal es que de esas 886 aspirantes, 160 han sido impuestas por la casa.

O sea que, si una de esas es la ganadora, se abrirá la sospecha de un pucherazo.