En busca de respuestas

La ciencia en general y un nutrido grupo de psicólogos, psiquiatras y neurólogos andan inmersos, ahora mismo, en hallar una respuesta al porqué de las trascendentales discusiones que se originan en La casa de los secretos. Seguramente está todo guionado y los actores, porque los concursantes no son otra cosa, se lucen en sus respectivos papeles, pero no deja de impactar el hecho de que una trivialidad (“te has comido una galleta de más” o “te has dejado el tanga usado en la ducha”) dé paso a filosóficas disquisiciones en plan “qué somos y a dónde vamos”. La leridana Cristina Porta y Luca Onestini, que a estas alturas, ya no se sabe bien bien qué relación les une, son los protagonistas absolutos con sus diálogos (o más bien monólogos obcecados) en plan “me estás volviendo loca” o “tenemos que hablar”.

Y esto en la casa. En el plató no se quedan atrás. Jordi González, en la gala del lunes, intentaba asimilar el porqué de todo aquello con la ayuda de un grupo de esforzados secundarios que, haciendo ver que estaban al cabo de la calle de todo, ponían “llum a la foscor”.