La culpa fue del casting

Un compañero, y sin embargo amigo, que hizo malabares para ver la despedida del Barça de la Champions y el Joc de Cartes de TV3, que el miércoles buscaba el mejor chef joven de Lleida, comentaba, almorzando ayer, que ver el programa presentado por Marc Ribas fue como revivir lo visto, un momento antes, en Múnich. El ganador, Héctor Rodríguez, del Carballeira fue el equipo alemán y los otros tres aspirantes (Albert Calafell del Des-Tapa’t Casual Food, Ramon Tudela del BOnum No Rules y Gerard Esteve del Cantamanyanes) fueron el voluntarioso, pero inferior, equipo blaugrana. No es que lo hicieran mal, pero estaban a años luz de la perfectamente engrasada maquinaria del célebre restaurante de la carretera de Zaragoza especializado en pescado y mariscos y con un ganador, Héctor Rodríguez, que hereda el establecimiento de sus padres Ángel y María Teresa, y que cuenta con un bagaje culinario de gama alta.

La culpa, al final (y ese es un fallo que repite sistemáticamente el programa) es del casting, porque no todos compiten en igualdad de oportunidades.