BOIG PER TU
El socializador del tenis
Hasta que Manolo Santana (1938) no se dio a conocer, el tenis, en este país, era algo lejano reservado únicamente a las clases más elitistas. Sin embargo, este madrileño que comenzó de recogepelotas en el CT Velázquez supo socializarlo de tal modo que, gracias a sus éxitos deportivos, nunca se habían llegado a vender tantas raquetas en este país. Y con la ayuda de la televisión, en blanco y negro, el tenis se convirtió en un deporte de masas que arrasaba en audiencias en cada eliminatoria de la Copa Davis desde el RCT Barcelona y con la narración del maestro Juan José Castillo, que popularizó hasta extremos increíbles su “entró, entró” muchos años antes de la llegada del “ojo de halcón”.
Siempre de blanco y con raquetas de madera, Santana lideró una generación de tenistas inolvidables como Juan Manuel Couder, Juan Gisbert o Lis Arilla (Manolo Orantes o Pepe Higueras llegarían poco después), que disputó la primera final, en 1965, de la Davis ante los todopoderosos australianos de Emerson y Laver. Eso y su triunfo en Wimbledon (1966), el primer español en conseguirlo.