BOIG PER TU
Cruzando (otra vez) la línea
A lo del todo vale por la audiencia es algo a lo que se aplican con entusiasmo todas las cadenas, y Mediaset más. Lo de que el fin justifica los medios está más que asumido porque, a fin de cuentas, no pasa nada. Como lo de Putin.
Un par de semanas de escándalo y luego, por desgracia, nadie se acordará de Ucrania, como nadie recuerda ya tantas y tantas atrocidades perpetradas en los cinco continentes y con el mundo mirando hacia otro lado, salvo los directamente afectados. El caso es que en Viva la vida han cruzado –¿una vez más?– la línea roja. Emma García trajo al plató del programa de fin de semana a la madre de Sandra Palo, que en 2003 fue secuestrada, violada, atropellada (quince veces probó la fiscalía) y la remataron quemándola.
Como los autores eran todos menores su condena fue la que marcaba la ley, pero mínima. Ahora están ya todos en libertad. Pues bien, a los responsables del programa no se les ocurrió otra cosa que hacer entrar en directo, vía telefónica, a uno de los asesinos pidiendo perdón. ¡Hombre, buena idea no parece que lo fue!.