Los clásicos nunca fallan

Da lo mismo que sea en cine o en televisión. Revisar un clásico nunca está de más. Jamás decepciona aunque se haya visto ya muchas veces.

Siempre se encuentra algo nuevo, un detalle, un giro de guion, una frase olvidada, un movimiento de cámara que en anteriores visionados se había pasado por alto. Ahora, sin ir más lejos, tenemos dos claros ejemplos de ello y, curiosamente, los dos en TVE. Cachitos de hierro y cromo se han convertido –mira por dónde– en uno de los soportes de la programación nocturna en La 2 y ahora ya va dando el salto a La 1.

Es natural, el archivo de la casa es inagotable y la nostalgia una tentación irresistible. El otro ejemplo lo tenemos en Downton Abbey, una serie británica con seis temporadas, desde 2010 hasta 2015 que cuenta la relación entre una familia aristocrática, los Crawley, y sus sirvientes en una mansión del condado de Downton. Entroncada con la mítica Arriba y abajo (1971) y con el sello de calidad de las producciones británicas, podemos asistir al hundimiento del Titanic, el inicio de la Gran Guerra o a la gripe española.