Rocío Carrasco ya no vende

Menos mal (para Don Paolo, se entiende) que hoy comienza Supervivientes, el clavo ardiendo al que se agarra Mediaset para levantar cabeza porque, si se ha de fiar del efecto Rocío Carrasco para levantar la audiencia, lo tiene claro. Curioso, cuando menos, el caso. Después de arrasar con Rocío, contar la verdad para seguir viva (estrenado el 21 de marzo de 2021), la cadena apostó por exprimir a la hija de la más grande hasta la última gota y lo que ha conseguido es que el público se haya cansado de ella.

Como la segunda parte de sus quejas no se pueden emitir por las demandas y querellas cruzadas entre los protagonistas (Telecinco no está ahora mismo para perderlas y tener que pagar una millonada), busca lo sobrante del montaje original para estirar la cosa como si de un chicle se tratase. Pero encadena fracaso tras fracaso. Le sucedió con Montealto: el regreso a la casa y con El último viaje de Rocío y ahora le está pasando lo mismo con Rocío un año después.

Se estrenó el martes con un mísero 7 por ciento de audiencia y el de ayer no pintaba que iba a mejorarlo. Un desastre, vaya.