La (pequeña) deriva de 'Crims'

Crims es, sin ninguna duda, uno de los mejores, por no decir el mejor, programas que ahora mismo pueden encontrarse en la parrilla de TV3. Es un programa cien por cien de autor del compañero, y también amigo, Carles Porta, con el que hemos compartido horas y horas de trabajo en este diario. Primero en Catalunya Ràdio y luego en TV3 (ahora también en Movistar en su versión en castellano), el periodista pone “llum a la foscor” a truculentos sucesos ocurridos en los últimos años en Catalunya.

Podría compararse, aunque no es exactamente lo mismo, a aquella maravillosa Huella del crimen que rodó años atrás para TVE Pedro Costa. Crims acaba de arrancar con su tercera temporada y con unos índices de audiencia ciertamente estratosféricos con el capítulo dedicado a Kevin, el niño de 11 años secuestrado en 2012. Sin desmerecer su calidad, pero hemos apreciado un detalle negativo (esperamos que solo se trate de una anécdota) en su emisión.

Carles Porta se aparta de la contundencia narrativa del caso para bordear peligrosamente el amarillismo.