BOIG PER TU
Ana Rosa ha vuelto
Ana Rosa Quintana, la reinona de las mañanas televisivas, ha regresado a su hábitat natural de Telecinco. No sabemos si en olor de multitud pero sí en un mar de lágrimas. Bien está que así sea pero en el fondo contradice aquella vieja norma, nunca escrita, que asegura que el periodista (en este caso comunicadora) jamás ha de ser el protagonista.
¡Bueno, ayer lo fue ella, y lo han sido otros muchos de los grandes, aunque no esté bien! Llevaba once meses apartada por sus problemas de salud pero ha vuelto como las grandes estrellas del star-system: cámaras en las puertas, en los pasillos y abrazos y lágrimas por doquier. La abrazaron Feijóo (no, Vox no estuvo), Ortega antes de su delirante entrevista con su semen de protagonista (ya hablaremos en otro momento del tema), o Belén Esteban que se ganará un tirón de orejas por irse a dejarse ver a la productora de la competencia. Eso sí, la diva, además de arrearle al gobierno socialista, dejó una puya que no tiene precio.
La diva se autopreguntó, hablando de lo suyo, si no era un milagro que, a su vuelta, no se haya roto el independentismo catalán.