BOIG PER TU
Aburren por exceso
No son malos programas, que no lo son, y tienen la audiencia que tienen –en el caso del de Atresmedia, muchísima– pero acaban resultando cansinos básicamente porque duran demasiado. El MasterChef de La 1, que se emite en día laborable, no acaba hasta rozar las dos de la madrugada.. Demasiada parafernalia en las pruebas y en la elaboración de los platos que resultan interminables sin que nadie parezca mirarse el reloj para acelerar aquello.
Pero es que en La Voz de Antena 3 ocurre exactamente lo mismo. Vale, aquí es un viernes y parte del personal no trabaja el sábado, pero tampoco es el caso. Aquí se alarga primero por la sucesión de spoilers encadenados que, primero, hace que la entrega no arranque nunca y luego, ya sabes hasta la canción que van a interpretar los aspirantes y las reacciones de los coaches; y segundo, a partir de la medianoche, se produce aquello que tanto le gustaba a Vasile: intercalar tres/cuatro minutos de programa entre cuarenta o más entre promociones y publicidades y además con cortes de lo más inadecuados.
Fatal, vaya.