BOIG PER TU
Pésimo guion, peores actores
Pesadilla en el paraíso pasará a la historia televisiva por ser uno de los realities con peores audiencias de Mediaset. Y es que este híbrido low-cost entre Gran Hermano, que va camino de no volver nunca más hasta que se solvente su causa penal que al paso que vamos cuando se celebre la vista los implicados ya estarán ingresados en un geriátrico, y Supervivientes es tan flojo que provoca hasta sonrojo. Los concursantes parecen actores, y realmente malos, surgidos de los desechos de algún casting poco exigente.
Y si sus actuaciones ante las cámaras son penosas; los guionistas que perpetran lo que sucede dentro de la granja aún son peores, buscando polémicas donde no las hay y dándole vueltas y más vueltas a unas tuercas ya de por sí pasadas de rosca. Si, pese a todo, son capaces de colocarse delante del televisor para seguirlo –y eso que ha sufrido ya diversos cambios de día y hora de emisión– podrán sonrojarse, o reírse, con la historia de amor, celos, besos y edredoning entre el triángulo formado por Pablo (desde el plató), su supuesta novia Sleisy y el pollastre Dani. Todo un figura.