Mira, un anuncio con gracia

Estas navidades la televisión no anda demasiado sobrada de anuncios, no ya entrañables sino mínimamente divertidos. Sobra buenismo, que de hecho ya pertoca, y falta imaginación. Por eso es de agradecer encontrar a uno, el de la Mutua Madrileña, que destila simpatía por todos sus poros.

No sabremos si lo han visto ya, porque hace días que circula por las parrillas televisivas, pero por si acaso se lo recomendamos. Todo gira en torno a Santa Claus, aquí le denominan Nicolás (cosa que está más que bien) que, descansando en su casa nórdica, se ve agobiado por las catastróficas desdichas que le anuncian sus fieles elfos/elfas en vísperas de su viaje urbi et orbi. Nada va bien.

El trineo está deteriorado después de un accidente, uno de sus renos no puede volar y no funciona la máquina de envolver los regalos (porque sí, será una tarea artesanal pero no por ello en manos de la producción en cadena). Nicolás, desbordado en su cama mientras lee antes de dormirse, encuentra la solución: Ponerse en manos de la aseguradora. Problema resuelto y los niños del mundo, más que felices.