BOIG PER TU
Los coleccionables no cesan
Lo afirma Barlovento Comunicación, una empresa solvente en el tema: el consumo de la televisión convencional ha caído a los niveles de hace 25 años, cuando comenzaban a efectuarse las mediciones. Normal. Ahora el sector más joven y el no tanto se pasan, si pueden pagárselo, a las plataformas: ven series enteras (sin esperar a entregas semanales) y sin anuncios.
La publicidad ha disminuido en 2022 en un cinco por ciento, pero aún ha generado 1.700 millones de ingresos. Y a eso vamos. En este inicio de la cuesta de enero, como si no hubiese otra cosa, las televisiones se llenan de anuncios de coleccionables, que resultan, además de carísimos, interminables: coches a escalas, minerales, literatura clásica para niños y adolescentes, la gama completa de Masters del Universo y, la gran novedad, el Titanic, pieza a pieza, en tropecientas entregas y con la opción de ver cómo sale humo por sus chimeneas.
Bueno, si lo quieren adquirir completo, sin ponerse de los nervios al ir montándolo, sale a 249 euros. ¡Ah! Y por mucho que se pongan, el barco acabará hundiéndose.