La lista negra

Las listas negras son habituales en la sociedad, antes y ahora. Y nos referimos a la excelente película que cerró la saga de Harry Callahan protagonizada por Clint Eastwood en 1988. Según soplen los vientos, uno está a uno u otro lado de las filias y fobias del mandatario de turno.

Ahora han trascendido las de Mediaset con la llegada del nuevo mandamás, Alessandro Salem, en un intento de oxigenar a un agonizante Telecinco. Los nombres son sonados porque de ellos han vivido años y años. Nada de la familia, por activa y por pasiva, Jurado-Carrasco-Mohedano. Fuera.

También se quedan fuera los Flores-Carrasco y los Cano-Jurado. Incluso le han puesto el norte al desnortado Kiko Rivera. Tranquilos que buscarán a otros a quien desmenuzar, y más ahora que Isabel Preysler ha accedido, de buen grado o a la fuerza, a bajar a la arena.

Y nos dejábamos a Bárbara Rey. Lógico. No puede promocionar lo suyo de Atresmedia en Mediaset.

Eso sí, quien mejor se lo ha montado ha sido la hija de la más grande. Tiempo le ha faltado, tras su despido, de buscarse una silla en La 1 con Marc Giró.