Inasequible al ridículo

Uno puede pensar que es imposible que cosas así ocurran, pero pasan. Basta con que alguna cadena considere que eso genera audiencia y que a algún friqui no le importe hacer demasiado el ridículo en vivo y en directo. Este es el caso, y reincidente además, lo que tiene más delito, de Sonia Monroy (Barcelona, 1971), supuesta cantante que saltó a la popularidad por sus presencias en Esta noche cruzamos el Mississippi con Pepe Navarro, y en las Crónicas marcianas de Sardà.

Su canto del cisne se oyó en la edición del 2011 de Supervivientes. A Sonia le da últimamente por los Oscar. En una edición anterior la expulsaron, al no estar invitada, pese a presentarse en la alfombra roja con un vestido creado a partir de la bandera española.

Este domingo, la Fiesta de Emma García la utilizó como supuesta enviada especial pero sin acreditación. La seguridad del evento la echó con cajas destempladas. El programa la denunció, a la seguridad, no a ella, por romperle el vestido, perderle un zapato y un pendiente.

Pregunta. ¿Realmente era necesario un espectáculo tan penoso?