BOIG PER TU
No diga exclusiva, diga Obregón
La verdad es que a estas alturas de la película, con tantos frentes abiertos en el campo de la moral, la ética, la legalidad e incluso la política, ya no sabemos bien quién tiene la razón y quién no en el caso Ana Obregón, que ya ha traspasado fronteras. Las filias y fobias al mediático personaje afloran como setas en temporada y, probablemente, la culpa no tenga nombre. Sin embargo, sí que hay un tema que, al menos en casa, nos chirría, y mucho.
Y no es el del dinero. Si Ana lo tiene y ha encontrado un resquicio legal en los Estados Unidos para adoptar a su nieta, pues qué quieren que les digamos. No ha sido la primera en usar la gestación subrogada ni será la última.
Pero otra cosa es comerciar con la recién nacida sus exclusivas, convirtiéndola, ya desde su más tierna edad, en carne de paparazzi, tertulianos y gente de la farándula. La Obregón tiene la mano rota en esto y le está sacando un pastón al Hola, se habla de un millón, con lo que el negocio le habrá salido redondo. Primero fue la salida del hospital, luego de ser abuela, y esto es solo el principio de una de muchas.