Otra hija para el Emérito

Me imagino a Felipe VI mesándose los cabellos en su despacho de la Zarzuela y preguntándose, en voz alta, lo de “¿qué parte de que quiero discreción absoluta no han entendido?”. Obviamente, se refiere a las andanzas de su progenitor, el Emérito, que parece empeñado en socavar desde dentro las más puras esencias de la monarquía española. Uno ya no sabe qué pensar sobre quién filtra noticias como las de ayer en que salía a la luz una nueva presunta hija del exmonarca.

Los descendientes oficiales son Helena, Cristina y Felipe, pero los otros, como Borbón que se precie, son un no parar: Albert Solà, Ingrid Sartiau y ahora esta María Alexandra. Los programas televisivos, desde los más serios a los más populares, tocaron a zafarrancho para tratar el tema. Como siempre, los tertulianos estaban al corriente de todo, aunque en Sálvame quedó el tema en un segundo plano, porque andaban de celebración de su décimo cuarto aniversario de vida (mañana hablaremos del tema), pero también le hincaron el diente, y es que las aventuras del Emérito son un verdadero filón.