BOIG PER TU
La enésima decepción
Pasó Eurovisión, hasta la próxima edición. Audiencias millonarias (dejaron en un nada a Got Talent de Tele 5 y a La Voz Kids de Antena 3,que podrían haberlo intuido y programar en su lugar cualquier largometraje de medio pelo. En casa la vimos, no sea caso que los más radicales de los eurofans nos consideren unos frikis de manual (¡Eh, ahí menos estado!) para constatar detalles que ya intuíamos: las coreografías son más importantes que la canción; que los recordatorios –hasta cinco emitieron– de las canciones, ya interpretadas, para el voto telemático, resultan insoportables y que el festival, ahora mismo, es más continente que contenido. Ganó la sueca Loreen, que ya ha hecho doblete, y la nana flamenca de Blanca Paloma acabó 17a. No nos extraña, como nana, un desastre. Los bebés, si la escuchan, padecerán de insomnio. Después de cuatro horas largas de show, que ya son, nos quedamos con el cameo de Kate Middleton al piano con los ganadores del pasado año y el You’ll Never Walk Alone, no podía ser de otro modo en Liverpool, dedicado a Ucrania en un emotivo dúplex.