BOIG PER TU
Kiko, córtate un poco, ¿no?
De verdad, no sé cómo a Kiko Hernández, el eternamente cabreado colaborador de Sálvame, no se le ha caído aún la cara de vergüenza. Bueno, cara aún la tiene. Después de todo el pifostio armado el fin de semana pasado, acudió el martes a Sálvame.
Lo hizo, que ya es tener tragadoras, en un descapotable, con latas atadas a la trasera y con el cartelito de “Just married”. Ya en plató se aplicó a la teoría de que la mejor defensa es un buen ataque y se dedicó a repartir a diestro y siniestro a sus compañeros por haberse tragado la bola que él mismo fabricó sobre su supuesto matrimonio. Luego, una hora después, cambió de registro y pidió el pulpillo, ya saben, esa tarima desde la que se despotrica más y mejor.
Y ahí fue otro. Mostrando su anillo de compromiso confesó que: a) no se había casado, b) que está enamorado, c) que lo de Melilla, el bingo Las Vegas, fueron fiestas de celebración del compromiso y d) que la boda será en setiembre. Visto lo visto, creo que Kiko Hernández pasa a engrosar la lista de los innombrables de esta sección.
Se lo ha ganado a pulso.