BOIG PER TU
Ni bueno, ni breve
En Sálvame hicieron caso omiso de aquel sabio consejo que indica que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Pues no, el viernes, en su último día de emisión, se sacaron de la manga cuatro interminables horas para despedirse que, la verdad, resultaron agotadoras, entre tópicos, sobreactuaciones, histrionismos, algún que otro reproche a Mediaset y lágrimas, reales o impostadas, a mares que en casa nos obligaron a cambiar hasta tres veces la fregona porque no dábamos abasto ante el charco que se nos formaba ante el televisor. También es verdad que repasar 14 años de vida televisiva dan para mucho, pero un poco de criterio selectivo no hubiese estado mal ante tanta reiteración de lo mismo.
Lo más sorprendente fue la ausencia de Jorge Javier. Está de baja, sí, pero su entrega en videoconferencia no hubiese estado de más y señalaron a aquellos que no quisieron sumarse a la fiesta. Aprovechando que estrenaron un himno titulado Borrón y cuenta nueva como declaración de futuro, para decir adiós cabría añadirle aquello de “tanta paz encuentres como descanso dejas”.