El ego mató a la estrella

n Si se tratase de cualquier otro programa y de otro presentador, Cuentos chinos, la apuesta de Mediaset para competir con El Hormiguero de Pablo Motos, ya estaría cancelada después de sus ridículos índices de audiencia, pero como sale más barato mantenerla que indemnizar a Jorge Javier (que por esto ha vuelto) con un contrato más que millonario, pues ahí sigue a la espera de un milagro. Porque el gran problema del programa (que todo sea dicho, aún no sabemos qué es ni qué pretende) es el propio Jorge Javier. Ya se lo advirtió a los dos minutos del estreno Susi Caramelo, una de las colaboradoras, al ver el gigantesco plató, que parece el comedor de un restaurante chino.

¿Qué había antes aquí que fuera tan enorme? ¿Tu ego? Pues eso. Jorge Javier, en plan diva, decidió que el estreno girase alrededor de su persona. Habló de sí mismo, de su vuelta, de sus vacaciones sexuales en Argentina y ajustó cuentas contra los que cerraron Sálvame.

“A los que lo hundieron”, dijo, “les pido que, ya que no trabajan, que al menos no molesten”. Todo lo demás fue una chapuza.