BOIG PER TU
Unos ‘Cuentos’ muy cortos
La maldición de Sálvame, al estilo de la que lanzó el entrenador Béla Guttmann cuando fue despedido del Benfica portugués en 1962 como ya explicábamos ayer, sigue cobrándose víctimas en plan “tardaréis años en volver a ser líderes de audiencia como conmigo”. El último en caer, y a lo largo de este verano ya han sido unos cuantos, ha sido Cuentos chinos de Jorge Javier Vázquez y que se vendió como alternativa a El Hormiguero de Pablo Motos que, visto lo visto, aún debe de estar partiéndose de la risa. El caso de los Cuentos chinos ha sido la crónica de una muerte anunciada desde su mismísimo estreno. Era un programa absurdo, desde el mismísimo plató decorado como un restaurante chino, típico y tópico, la elección de los colaboradores que han ido desapareciendo paulatinamente para ser sustituidos por otros con idénticas urgencias, con deriva a la filosofía más salvameniana posible y sobre todo sin saber qué es lo que quería ser. Lo que queda por ver es cómo se resuelve el finiquito de Jorge Javier con todavía contrato con Mediaset.