¡Jo, es que saben de todo!

Nunca deja de sorprendernos esa capacidad camaleónica de la mayoría de tertulianos, que inunda los estudios radiofónicos y platós televisivos, de pontificar lo que sea y en el momento que sea. Siempre hay, por fortuna, honrosas excepciones que, esas sí, hablan con conocimiento de causa porque a alguien de producción se le ha ocurrido llamarlos porque son expertos en el tema por abordar. Pero el resto, lo mismo, sientan cátedra del cambio climático, la crisis económica, la investidura, la fallida de Feijóo y la que aún está por ver de Pedro Sánchez, los incendios forestales o inundaciones, y del código penal tailandés en el caso de Daniel Sancho. De todo saben y, además, presumen de ello. Ahora mismo, han pasado de dominar los bastidores del conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha quedado ya en un segundo plano, a explayarse en los entresijos de la guerra abierta entre Hamás e Israel. La verdad es que es para quitarse el sombrero tener a tanto pozo de sabiduría al alcance de nuestro modesto mando a distancia. A la espera del próximo foco mediático para poder lucirse.