BOIG PER TU
Un cura de lo más popular
A las nuevas generaciones, incluso a las anteriores, les sueltas “crónicas” y rápidamente añaden “marcianas”. Es natural. Les suena muchísimo más que la respuesta correcta: Crónicas de un pueblo. Una serie que arrasó en TVE, en blanco y negro, ayudada por el hecho de que no se podía ver nada más en la pequeña pantalla, entre 1971 y 1974. Fue una brillante idea, todo hay que decirlo, de Carrero Blanco, la mano derecha del dictador, con la ayuda de Adolfo Suárez, que entonces era el director del ente público, para divulgar, con esta costumbrista comedia dramática, las leyes del tardofranquismo. El personal no se perdía ni uno de los capítulos. Pues bien, acaba de fallecer Francisco Vidal (1941-2023), uno de sus protagonistas y de los pocos que aún están vivos. En la ficción era Marcelino, un cura progresista, dentro de un orden, al que daba vida un sólido actor forjado básicamente en el teatro, aunque si tuviésemos que recordarlo, al menos en casa, nos quedamos con su excepcional papel de señorito extremeño, alcoholizado, tiránico y asesino en La huella del crimen.