BOIG PER TU
Trincheras en el plató
Hasta ahora habíamos aceptado, por abrumadora constatación, algo tan habitual en este país como el de “¡si no piensas como yo eres un facha, un nazi, un traidor, un botifler, un terrorista o un golpista!” También aceptamos, en tertulias radiofónicas o televisivas, el hecho de ser monotemáticas: monárquicas a tope, pro Real Madrid a todo trapo (y no solo en Real Madrid TV), anti-Putin más que pro-Ucrania, que en el fondo les da lo mismo, y sobre todo antiprocés con visuales sarpullidos, eccemas y urticarias entre el personal cada vez que se mencionan las palabras amnistía o referéndum. Sin embargo, jamás habíamos asistido a una bipolarización tan acentuada, prácticamente al cincuenta por ciento, de detractores y partidarios de los bandos enfrentados en el conflicto de Gaza. O se es palestino o israelita. Los mismos hechos, las mismas atrocidades, las mismas muertes, pero, ¡ah, amigo!, no reciben la misma valoración según quienes las hayan perpetrado. Y lo más triste de todo es que las cosas seguirán así hasta que aparezca –que lo hará– un nuevo conflicto.