Ana Rosa ya hace las maletas

Si son incondicionales suyas, esperen. No se abran las venas todavía.  Simplemente ocurre que en Mediaset, en un nuevo bandazo de criterios, están pensándose muy seriamente el retornar a Ana Rosa Quintana (Madrid, 1956) al oasis matinal del que jamás debió de salir. Víctima de la maldición del defenestrado Sálvame, no solamente ha mejorado los índices de la cadena en la sobremesa, sino que los ha empeorado de una manera palmaria. La gota que ha colmado el vaso de los CEO de Fuencarral ha sido la derramada con la sesión de investidura de Pedro Sánchez. El despliegue televisivo del acontecimiento, del que Telecinco no se quedó al margen para satisfacción de Pedro Piqueras, que por una vez en años se sintió importante, dejó a La 1 como líder de audiencia (lo que también hace que reflexionemos muchas cosas) y a La Sexta con García Ferreras como segundos, pero es que Ana Rosa, con sus filias y fobias, se quedó a la cola, doblada, casi triplicada, por Sonsoles Ónega. Y la última (desesperada) jugada de la casa es de nota. Se la contamos mañana, que nos faltan líneas.