La cara del rey

Las célebres dos Españas a las que hacía referencia Antonio Machado en uno de sus poemas más conocidos siempre han estado presentes en la sociedad de este país: la de una, grande y libre, enfrentada a las de muchas, pequeñas y cabreadas (celebrado chiste en plena transición); la del Barça y la del Madrid, con todo lo que ello significa; la eterna dualidad entre monarquía y república o las actuales entre independentistas y soberanistas.. y así hasta la extenuación. Sin embargo, a lo largo de la última semana, todos los programas televisivos, desde los más serios a los más frívolos, han presentado una nueva variante centrada en la cara de Felipe VI –la verdad, alegre no era– durante la toma de posesión de Pedro Sánchez como presidente tras el acuerdo progresista, según unos, y un pacto antidemocrático con golpistas y terroristas, según otros. Los expertos en comunicación no verbal han hecho su agosto (sobre todo si cobraban a tanto la pieza) en todos los platós. Y lo curioso del caso es que, salvo que estaba cabreado, nadie ha coincidido en el porqué. Ha habido de todo.