Plataformas muy populistas

Hasta ahora, ya no, siempre habíamos considerado a las plataformas de pago televisivas como un escaparate para promocionar series y películas de nivel. En casa no gustan pero ahí están. Sin embargo, de un tiempo a esta parte han incurrido en un incomprensible error que esperemos que no sea irreversible. Se han pasado al populismo más puro y duro, abrazando aquello de lo que en su etapa fundacional habían renegado. Igual es que de la necesidad, como ya no triunfan como antes, han hecho virtud. Solo así se explica este bandazo hacia lo comercial rozando el frikismo. Comenzaron con biopics de estrellas de la televisión convencional: Cristo y Rey, Bosé –ahora ya en abierto–, Camilo Superestar, para resucitar formatos añejos como el 1, 2, 3 (un fracaso del que desconocemos si se sigue emitiendo), Sálvese quien pueda (otro descalabro pese a su promoción en cadenas generalistas) o, ahora mismo, Operación Triunfo, sin darse cuenta de que puede que en las redes igual enganche, pero en los nostálgicos, que no son precisamente de plataformas, en absoluto.