Demasiado (y mal) teatrillo

Ya echó a rodar Desnudos por la vida, el enésimo docureality –o sin docu, reality a secas–, de Tele 5, para intentar salvar los muebles en una temporada de lo más aciaga. Fregó los dos dígitos (10 por ciento pelado), lo que no permite, ni muchísimo menos, echar las campanas al vuelo. Jesús Vázquez, bregado profesional donde los haya, hace lo que puede, pero es que este (mal) remedo de Full Monty tampoco da mucho más de si. Ni tampoco parece que el hecho de tener la razón de su existencia en una causa benéfica (concienciar al personal de la importancia de la prevención en el cáncer de mama –ellas– y de próstata –ellos–) haya movilizado al personal. Los problemas estriban en que de famosos en plató, los justos, y el resto repescados de otros programas de la cadena. Todo sonó a demasiado frívolo y superficial con detalles chirriantes como que Anabel Pantoja, la sobrinísima, se hiciera de nuevas al comunicarle (ella, precisamente que ha hecho del exhibicionismo en redes su modus vivendi) que deberá desnudarse en el show. ¿Que es que no se leyó el contrato por el que cobra?