¿Habrá más funciones?

Aunque Mediaset sea accionista importante de la productora La Fábrica de la Tele, la que cortaba el bacalao en Sálvame, Deluxe y similares, y ahora lleva lo del Sálvese quien pueda en plataforma, no pueden llevar a sus estrellas, es un decir, a los platós de Fuencarral, aunque sí hacer referencias de ellos, pero, físicamente, como que no, los pobres colaboradores han de buscarle la vida, y la promoción, en otros escenarios. Los tres primeros capítulos no han despertado pasiones, todo hay que decirlo, más allá de las redes sociales, que, como es sabido, las carga el diablo y no se acaba de saber nunca a ciencia cierta quién está detrás. El caso es que, en menos de una semana, Kiko Hernández, Kiko Matamoros, Lydia Lozano, María Patiño –su Socialité, ahora mismo, pende de un hilo–, Chelo García Cortés o Belén Esteban se han pasado, para venderse a sí mismos, por La resistencia de Broncano y el LateXou de Marc Giró, por cierto, un valor televisivo en clara alza. Kiko Matamoros fue el que mejor se autodefinió: “Somos unos monstruos de feria.” Lo clavó.