A la búsqueda del equilibrio

Finiquitado Borja Prado, el breve, el peso de Mediaset recae ahora en Alessandro Salem. Ingente tarea la que le espera por delante. Reflotar en audiencia una cadena que lo fue todo en el reino de las audiencias de este país y que ahora, salvo en contadas excepciones, marcha segunda o tercera, por detrás de Atresmedia, la nueva reina de la televisión en España y de una renacida TVE. El problema es que Salem, que todavía debe de estarse preguntando si fue o no una buena idea deshacerse de Sálvame y de todo lo que significaba, se debate entre hilvanar una programación a caballo de contenidos familiares (ahí están sus concursos de línea blanca, aunque no le funcione casi ninguno) o los remedos de la vieja escuela con La isla de las tentaciones, GH Dúo, Así es la vida o, sobre todo, Fiesta o De viernes, lo más parecido a Sálvame que tiene en cartera. A la espera del efecto Franganillo en los informativos, su gran baza, alterna alegrías como el buen debut de La isla, aunque manchado por noticias externas, o la decepción del estreno de Gran Hermano Dúo.