Las buenas noticias no venden
Anne Igartiburu y Jordi González. - REDACCIÓ XXII
El programa Corazón, corazón en La 1 es todo un clásico en la parrilla televisiva del fin de semana. Lo estrenó en 1993 Cristina García Ramos, su presentadora más icónica, y luego la sustituyó José Toledo hasta acabar en manos de Anne Igartiburu. A lo largo de treinta minutos se explicaba la actualidad más rosa y del papel couché. Pero después de treinta años de existencia, los CEO de RTVE decidieron que había que hacerle un lavado de cara. Para este 2024, a Anne Igartiburu (Elorrio, 1969) le pusieron un compañero ante las cámaras, el también veterano Jordi González (Barcelona, 1961). Cambiaron secciones con nuevos colaboradores y pasaron de 30 a 90 minutos de duración. Todo muy bien, salvo un pequeño gran detalle. El viejo Corazón, corazón pasó a llamarse DCorazón, pero el contenido siguió siendo el mismo: noticias blancas, blanquísimas, de buen rollo y donde todo, efectivamente, es de color rosa. La competencia directa, el Socialité de Telecinco, donde todo son maledicencias, la ha vapuleado. Antes del cierre han vuelto a reducir el formato: de 13.55 a 15.00. A ver.
