Se les ve el plumero
Pongámonos en situación. Alrededor de las dos de la madrugada (que ya son horas) del jueves al viernes. Finalísima de Gran Hermano Dúo. Marta Flich, la presentadora, llama a los dos finalistas, Lucía y Asraf, para decir el nombre del ganador tras horas de tener las líneas abiertas para que el personal vote. Pausa dramática. Mano al pinganillo de la oreja. Cara de desconcierto. Y el anuncio: “No vamos a decir el nombre del ganador por un fallo técnico en el sistema de escrutinio.” Y a renglón seguido lo emplaza todo a una nueva gala, en plan bonus, para el domingo (para ayer, vaya). ¡Ah! Y que las líneas iban a seguir abiertas para que los espectadores sigan apostando por uno u otro candidato. ¡Hombre, sin ánimo de ser malpensados, todo huele a chamusquina! Y más conociendo como las gastan en Mediaset para ganar audiencia, y más aún tras saber que en esos momentos la audiencia iba ya por el 18,7, y subiendo. Pero eso no es todo. Lo de mantener las líneas abiertas hasta el domingo no era cierto, porque la nueva final se grabó 24 horas antes, el sábado. ¡Glups!