Está hundido y lo mantienen
Vaya por delante que lo de El mejor de la historia de La 1 está protagonizando un hecho excepcional en la historia de la televisión. Cualquier otro programa, en cualquier cadena generalista con aspiraciones, que en el prime time hiciese un 3,3 de audiencia, estaría ya finiquitado y en los archivos. Aquí no, aquí lo mantienen cuando lo suyo ha sido una caída en picado desde el 6,1 el día de su estreno hasta el dato marginal de su estreno. Desde su errónea concepción del formato (si fuese un programa de humor desmitificador probablemente hubiese triunfado), pero yendo en serio, no hay por donde cogerlo, aunque la presentadora se pase el tiempo dando la hora para demostrar que aquello es en directo (gesto ya cansino) o recordando que cada entrega es trending topic, el caso que al espectador convencional no engancha, y menos sin saber quién ha votado (a los ocho eliminados porque solo para los dos finalistas se abren líneas). Solo así se puede explicar que Pau Gasol quedase por delante de Adolfo Suárez. Nuestro Marc Márquez acabó quinto por delante de Valle-Inclán.